Lobos en la Costa da Morte

Decofificando los lobos en la Costa da Morte.La última colonia atlántica europea.

Por Rafael Lema

Uno de los mayores conocedores de los lobos gallegos es veterinario y de Corcubión. Se llama Francisco Javier Lema Fuentes, Chisco. Es mas conocido públicamente en su faceta de alcalde de Corcubión. Lema estuvo dando una conferencia en la EFA Fonteboa de Coristanco sobre las colonias de lobos en la Costa da Morte, para intentar aclarar falsos mitos sobre la especie. En primer lugar está el de la supuesta excesiva población de lobo ibérico en la provincia y en la zona costera. 

Chisco analiza nueve áreas con grupos de lobos de entre seis y diez individuos, en una amplia franja que va de laxe a muros. Es decir, en las comarcas de Bergantiños, Costa da Morte, Barbanza y Xallas. Estima una población de 80 a 100 lobos. Un tercio podrían estar en Fisterra y Soneira, en donde las criticas por ataques son más fuertes, sobre todo por ganaderos o propietarios de caballos bravos. Las últimas proceden de la asociación caballar Monte Faro de Vimianzo y de ganaderos de Carnés, que hablan de muertes de potros este mismo mes. Desde el grupo ecologista PX siguen reclamando el pago de daños sobre todo en las áreas incluidas en red Natura o Lic. También creen desde el grupo que las obras de la autovía Carballo-Berdoias supondrán un cambio en las colonias, ya que la zona quedará partida en dos, al norte y sur de la obra. Los lobos de monte Faro en Vimianzo no cruzarán por Caxadas hacia Castrelo o Dumbría y usarán los pasos de Muxía y Camariñas, hacia el oeste. 

El lobo en estos treinta años mantiene su población estable, pero no crece, sigue estando amenazada, aunque la colonia costera sigue siendo una de las más densas de España. Son además éstos los únicos lobos de Europa que se bañan en el Atlántico y que pueden verse merodeando por las playas. Según Lema las áreas en las que se mueven los grupos pueden tener unos 100 kilómetros cuadrados. El lobo tiene un importante valor ecológico para frenar plagas que puedan surgir entre la fauna silvestre, y equilibrar el ecosistema. Además prefiere la carroña a animales vivos en cuyo ataque pueda verse perjudicado. Y teme al hombre, no se le acerca. Estudian su presa varios días antes de atacar y vuelven al lugar de los hechos tras la matanza. Un lobo se puede domesticar, siempre será un lobo, pero atenderá a su dueño y le prestará sumisión. 

Uno de los grandes problemas del lobo en la zona es el ataque que realiza sobre el ganado, lo que lo hace una de las especies más odiadas por muchos ganaderos, junto al jabalí. El lobo según Lema al faltarle presas silvestres se han acostumbrado a entrar en las fincas por las noches para comer animales muertos o los reos ganaderos que todavía no han sido recogidos por las empresas que tratan estos residuos. También pueden mantener contactos con los perros, que son de otra especie. De hecho, desde el grupo PX indican que la existencia de ejemplares cruzados de lubicán en la zona esta demostrada.

 Poseen fotos y datos de al menos tres casos. Y hablan de la existencia en Portugal de una raza de lobo domesticado, el perro de Castro Leboreiro. El tráfico y los cazadores furtivos, en algunos casos usando veneno son los principales peligros del lobo. Suele vivir ocho años en el monte y hasta 14 en cautividad, como el perro. En la zona pueden pesar hasta 45 kilos y medir un metro de largo, con una figura similar al pastor alemán. Lema destaca su gran capacidad de adaptación, come los que encuentra en el monte, vivo o muerto, y se aclimata a todos los ambientes y situaciones.