Xosé Manuel Lema
@xmlema
Doña Emilia y su nieta María eran conocidas por sus supuestos poderes sobrenaturales. Así lo aseguraban por el verano de 1931 en varias parroquias del municipio de Outes. Tenían su cuartel de operaciones en el lugar de Braño, uno de los 18 núcleos de la parroquia de O Freixo de Sabardes, pero sus acciones se trasladaban a otros lugares. Las dos mujeres gozaban de una tremenda popularidad.
EN BUSCA DE AYUDA SOBRENATURAL
Tal era su fama, que en la vecina parroquia de San Xoán de Roo habían varios enfermos que atribuían su estado a la “influencia maléfica” de las dos brujas. La prensa de la época da cuenta de todo esto.
Un día desde esta parroquia, se desplazaron Francisco, Luís y Primitivo. Tres hombres que desesperados, buscaron la intercesión de las meigas para curar a un pariente joven que estaba mal de salud. Lo que acredita que había quién creía en los efectos curativos de la anciana y la joven.
A PEDRADAS CONTRA LOS CRISTALES
Pero por una cosa o por otra, Emilia y María, no quisieron ayudar al joven enfermo. La reacción fue crispada. Los hombres profirieron insultos y rompieron los cristales del hogar misterioso. Hubo algún periodista que se preguntó si las brujas habían escapado por las ventanas a bordo de sus escobas, pero la Guardia Civil confirmó en su atestado que los cristales habían sido rotos por lo enfadados paisano de San Xoán de Roo.
FOTO- Alejandro Machín-Panoramio
Hórreo en O Freixo de Sabardes
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